lunes, 8 de septiembre de 2008

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Capitulo 4: sin plan

Fuimos al polígono industrial de Riba Rojas. El sicario, me dijo que tenía un pedido de los buenos. Llegamos y nos quedamos en el coche frente a una fábrica. Se veían salir y entrar camiones. A las cinco de la tarde se produjo el cambio de turno. Los obreros salían en grupos dejando a su paso bocanadas de humo. Iban vestidos con chaquetas y pantalones azules.
Tenemos que seguir a un empresario chino, me alerto el Sicario.
Esperamos casi tres horas. Al final vimos salir un mercedes gris, en el cual aseguro el gordo, iba el empresario.
Lo seguimos con una prudente distancia. Salimos a la carretera en dirección a la ciudad de Valencia. El tráfico era muy denso a esa hora, la mayoría de la gente regresaba a sus hogares.
Mientras esperábamos, que los coches reanudaran su marcha, el Sicario anotaba algunos datos en una pequeña libreta.
El empresario se detuvo en una gasolinera. El gordo hizo lo mismo y condujo el automóvil en dirección a los lavaderos.
-Vamos a secuestrarlo, me dijo de repente el gordo.
-¡Estas loco! Le dije, ni siquiera tenemos un plan.
- A mi no me hacen falta planes. Quédate al volante.
Yo me encargo del resto, me dijo con frialdad. Mientras se calzaba unos guantes de cuero que le iban pequeños. Los dedos parecían morcillas a punto de reventar.