miércoles, 20 de agosto de 2008

PASTILLAS DE COLORES

Estaba viciado en remedios. Le gustaban las pastillas rojas
El barrio le quedaba pequeño, Era un acuario sin oxìgeno.
La mujer lo había echado de la casa, no soportaba sus alucinaciones.
La madre lo quería llevar a la iglesia, la policía preso.
Tres veces le cosieron la cabeza, se tiraba de la ventana al jardín.
En una alucinación vio un dragón follándose una paloma.
Cuando ella lo encontraba desparramado en el patio, lo tironeaba de una pierna y lo dejaba en el living. Y otras vez a comenzar hasta q decidió atarlo a un árbol.
Mataba moscas con una escopeta en la sala.
Si no había pastillas se comía los botones de las camisas.
Los acreedores querían quitarle todo lo que tenía.
La mujer cansada se compraba todo sin botones.
Y cuando hacìa el amor con la mujer, él le decía cuànto te debo. Ella le cobraba para seguirle el juego. Y el le decía la otra me cobra más barato.
Una noche saliò y volvió de día con un montón de cables de colores diferentes.
Desarmò un teléfono para ver quien era, los cables saltaron como víboras.
Decidió parar todo, serìa mejor ser pastor.
Era mejor conectar los cables y llamarle a Dios.
Puso una cabina con telediscado directo al reino de los cielos.
Comenzó a cuestionarse de que manera le diría a los fieles como era el infierno,
No sabìa explicar a las ovejas de la iglesia como son los días de par en par y como los años bisiestos llegan antes.
Una noche asaltò una iglesia, luego de comerse un arco iris de pastillas.
El cura lo sacò a los tiros, no podía dejar que un loco le robara el negocio.
Cuando lo sacaron, a Cristo lo había bajado de la cruz y le había puesto lentes negros.
Saliò a los gritos: ¡Yo lo conozco a ese flaquito! Era empleado de telefónica andaba trepado a los postes.
¿Còmo podría convivir con personas normales después de eso?
Lo internaron, escapó , saltò de la tapia, llevaba un frasco lleno de pastillas.
Gritò que era un ángel. Cayó de cabeza contra la acera. No hubo puntos ni remedio.