viernes, 29 de agosto de 2008

CAPITULO: 3

Salimos, el sicario se me adelantò y subió al Opel. Antes de subir me dijo, Desde atrás de las gafas negras, “no me sigas por que yo también estoy perdido”. Sonreí y subí sacudiendo la puerta.Cagamos, me dijo el gordo, hay que empujar, me quede sin batería.Sos el peor, dije malhumorado.Empujè unos cien metros por la calle Juan 23, encendió y una nube gris cubrió el coche.La mano del gordo se agitaba desde la ventanilla. ¡Vamos! Gritò contento.Un Whisky con Red Bull, pidió el sicario dejando el periódico sobre la barra.A mi poneme un vodka con Red Bull, le dije a la chica, dejando mi sonrisa de anuncio colgada unos instantes.El gordo nunca había perdido la costumbre de llevar el periódico bajo el brazo. Es que con el periódico tengo aire de persona ocupada, aseguraba. No importaba si era del día o del domingo. Este ùltimo sirve hasta el martes decía el sicario.Además si me cargo alguno, por dignidad los tapo con una página. Lo importante es empezar por las tiras cómicas después el horóscopo y policiales, Lo que sigue es todo igual. Algún día un fiambre de los míos, saldrá en tapa, afirmo con seriedad el gordo.